Con el incremento de los precios del petróleo hasta el 2008 la inflación en Panamá se disparó ese año hasta 8.7 % promedio anual. Luego los precios del petróleo sufrieron un gran descalabro y el mundo estuvo al borde de una deflación (esto es una depresión generalizada de los precios). Con los acontecimientos recientes en Europa y las altas tasas de desempleo en los Estados Unidos, los temores de una deflación mundial han resurgido. En 2009, los Estados Unidos tuvo una tasa de inflación negativa de -0.6%, sin embargo en Panamá la inflación fue de 2.4%. Contrario a lo que ocurre en el mundo, en Panamá el fantasma de la inflación ha empezado a emerger. Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) publicó que la inflación de alimentos en mayo de 2010 fue de 2.7% en comparación con el mismo mes del año anterior. La inflación de alimentos había cedido hasta llegar a ser de -0.2% en diciembre de 2009, luego de haber alcanzado tasas superiores al 15% en 2008. No es ningún misterio, pues la inflación de alimentos está emergiendo nuevamente. Es una situación muy decepcionante, porque los consumidores ya sufrieron una oleada de incrementos extraordinarios precios y ahora tendrían que soportar otra, no se sabe de qué magnitud.
A pesar de que los precios de las importaciones cayeron en 2009, el beneficio de unos precios al consumidor más bajos no ocurrió. En Panamá cuando los precios del petróleo subieron, los precios al consumidor subieron también rápidamente, pero cuando dichos precios del petróleo cayeron, entonces los precios al consumidor en vez de bajar, lo que hicieron fue permanecer prácticamente iguales o caer en una proporción ridícula en comparación con lo que subieron.
Como muestra sólo un botón. Lo que se presenta a continuación es el precio de la lata de tuna Blue Pacific Chunk Light con un peso de 160. En términos promedios de los precios de este producto en todos los supermercados de la Ciudad de Panamá y las afueras, el precio se incrementó en 37% entre agosto de 2007 y marzo de 2009, periodo éste de fuerte incremento de los precios del petróleo. No obstante, sólo cayó 5.8% entre marzo de 2009 y marzo de 2010, a pesar del descalabro de los precios del petróleo y la consecuente reducción del costo del combustible y la energía eléctrica en Panamá.
PRECIO DE LA TUNA BLUE PACIFIC TUNA CHUNK LIGHT
(Lata con peso de 160 g.)
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La historia es la misma para la mayor parte de los productos de la canasta básica de alimentos. Usted puede corroborar esta historia en el sitio Web www.acodeco.gob.pa donde aparecen las encuestas de precios que regularmente la Autoridad de Protección del Consumidor (ACODECO) realiza.
La explicación de este fenómeno es simple, pues sencillamente es originada por falta de competencia. En el caso del mercado de alimentos, éste opera con cierto “poder de mercado”, que permite a los oferentes apropiarse de rentas o excedente del consumidor.
Los alimentos son bienes necesarios. No es como celulares, para los cuáles el consumidor puede prescindir de ellos. La demanda de alimentos tiende a ser bastante inelástica con respecto al precio. Lo que esto quiere decir es que cuando el precio aumenta el consumidor no puede prescindir del bien o sustituirlo tan fácilmente como en el caso de los celulares. En el caso extremo lo que ocurre es que el consumidor simplemente no puede dejar de alimentarse.
El poder de mercado, en este caso, se deriva de dos fuentes. Por una parte, depende de qué tan necesario sean los bienes. Como estamos hablando de alimentos, entonces por ese lado, el poder de mercado es altísimo. Por otra parte, depende de cuantos competidores hayan el mercado, del número de marcas que compitan entre sí y de cómo sea la estructura de la cadena de comercialización.
Un mercado nuevo con pocos competidores puede tener mucha competencia cuando las empresas luchan por una participación de mercado, como ha ocurrido, por ejemplo, en el caso de la telefonía celular. Pero en un mercado consolidado como en el de los alimentos, los competidores ya no luchan por una participación de mercado mayor, sino más bien por mantenerla y extraer rentas. Es el momento en que todos los competidores ya han comprendido que lo menos conveniente para ellos en el mediano y largo plazo es no entrar en una competencia de precios. En dicho caso, nadie baja el precio, pero si alguien lo sube el resto le sigue, porque es lo que más les conviene. Se le llama al fenómeno “colusión tácita”, porque implícitamente los agentes económicos han coludido en un incremento de precios sin violar ninguna ley antimonopolio. Ante una colusión tácita, la agencia antimonopolio prácticamente tiene las manos atadas, es decir, no puede hace absolutamente nada.
Ante esta situación, los detractores del libre mercado suelen proponer la regulación de los precios de la canasta básica, lo cuál es el peor error que un país pueda cometer. Significa hundirse más. La regulación trae otras consecuencias; ésta a menudo es corrompida. Dado que los precios son regulados con base en los costos de las empresas, entonces los funcionarios públicos son capturados por los regulados. En dicho caso, los precios continúan subiendo, aún regulados. De hecho, Panamá ya pasó por la experiencia de regulación de precios.
El problema de la falta de competencia en el mercado de los alimentos en Panamá a menudo radica en la estructura de la comercialización. En dicho caso, lo que se debe de trabajar no es una regulación, sino en hacer que la competencia funcione en ese eslabón de la cadena. Eso requiere que el tema se asuma como política de Estado.
En cuanto al ITBMS, el aumento de éste de 5% a 7% empezará a regir a partir del 1 de julio de 2010, pero este no tendrá ningún impacto directo sobre la inflación de alimentos ya que estos productos no pagan dicho impuesto. En cuanto a los impactos indirectos, estos también serán bajísimos, pues el ITBMS es un impuesto sobre el valor agregado y, en consecuencia, no produce ningún impacto indirecto en cadena.
La inflación de alimentos en Panamá es un fenómeno que se entiende muy bien cuando los costos de producción están subiendo debido al incremento de los costos del petróleo, pero no se logra comprender cuando los costos de producción han bajado.
El otro tema es el del incremento del salario mínimo. Aunque el salario mínimo fue incrementado recientemente de forma sustancial, hay que seguir evaluando para determinar cuál está siendo su impacto sobre la inflación observada
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