Actualmente hay tres versiones distintas acerca de la inflación de los alimentos en Panamá. Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) tiene una versión distinta del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (ACODECO). Mientras el primero dice que los precios de los alimentos han subido, por lo menos en marzo y abril, los dos últimos dicen que ha bajado. Al parecer, las discrepancias se deben a diferencias en las metodologías utilizadas. A su vez, cada metodología depende del objetivo o fin para el que se recolecta la información. En el caso del INEC, su propósito es medir la inflación. En el caso de la ACODECO, su propósito es indicarle a los consumidores en qué establecimientos están los precios más bajos. Desde luego, el MEF tiene un propósito distinto desde el punto de vista de las políticas públicas.
Según la ACODECO, el costo de la canasta básica para el mes de abril de 2010 fue de B/.252.20, el cual con respecto al mismo mes del año anterior muestra una disminución absoluta B/.7.72. Sin embargo, según el INEC, el índice de precios para los alimentos y bebidas sufrió un incremento de 1% en ese mismo mes con respecto a igual mes del año anterior.
La discrepancia entre el INEC y la ACODECO se debe simplemente a la utilización de metodologías distintas. Mientras el INEC mide precios promedios, dado que su objetivo es medir la inflación, la ACODECO registra el precio mínimo “que cumpla con las especificaciones de presentación”, según la ACODECO, dado que su objetivo es indicarles a los consumidores dónde está el costo de la canasta básica más bajo. Dado que actualmente el mercado no ha marcado una tendencia bien definida en los precios, es lógico que mediciones con métodos distintos puedan arrojar direcciones distintas del costo de los alimentos.
Otro asunto es el de la percepción del consumidor, un tema que no se toma en cuenta en la discusión, ni mucho menos en las estrategias de marketing político. La tasa de inflación se mide en términos de la variación porcentual del Índice de Precios al Consumidor. Cosa complicada, ¿no? Bueno, en verdad no tiene nada que ver con el consumidor, es simplemente otro invento de los economistas. Los consumidores simplemente no piensan en términos de variaciones porcentuales de nada, lo único que perciben es que los precios de los alimentos aumentaron mucho en el año 2008 y no han descendido, más aún éstos perciben que podrían subir más; percepción que han desarrollado a través de la experiencia a lo largo de los años. Obviamente, lo único que convencería a los consumidores de una disminución de la inflación es una caída drástica de los precios absolutos, cosa que es prácticamente improbable.
El asunto es que, independientemente de que sepamos que los precios de los alimentos escalaron a niveles sin precedentes con la escalada de los precios del petróleo en 2008, la inflación de éstos ha caído desde 15% en abril de 2008 a sólo 1% en abril de 2010, según datos del INEC. En ese mismo mes de abril de 2010 la inflación total fue de 2.6%.
Panama Economy Insight pronostica que la inflación promedio anual podría estar alrededor de 2.8%. Para los años siguientes esperamos un aumento importante de la inflación, la cual alcanzaría 4% en el año 2012, siendo ésta el resultado de unos precios del petróleo por encima de 100 dólares el barril.
La historia de Panamá es que cuando los precios del petróleo suben exorbitantemente, la inflación de Panamá también sube exorbitantemente. En términos generales, la inflación de Panamá tiende a moverse como la de los Estados Unidos con uno o dos puntos porcentuales por debajo, pero cuando el precio del petróleo se dispara, entonces la inflación de Panamá se dispara más que la de los Estados Unidos, indicando que somos más vulnerables que ellos ante los incrementos del precio del petróleo.
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Con la futura escalada de los precios del petróleo que esperamos, la inflación tendrá un impacto importante sobre los precios de los insumos agrícolas y las materias primas locales e importadas de las industrias manufactureras, así como sobre los bienes y servicios finales para el consumo. Obviamente, el costo del transporte de insumos y productos agropecuarios y manufacturados y transporte de pasajeros aumentaría.
Debido al alto componente termoeléctrico del parque de generación, la inflación también va a afectar el costo de la energía para las industrias manufactureras y establecimientos comerciales.
En cuanto a los bienes finales para el consumo, los incrementos de precios serían traspasados a los consumidores, dependiendo del tipo de bien o servicio. En el caso de los productos de la canasta básica, los incrementos en los costos de producción y distribución serán traspasados en su mayor parte a los consumidores dado que estos son bienes “necesarios” y no se tienen más opciones.
Para los próximos años, va a ser muy importante la política energética de Panamá. Panamá tiene que hacer todo aquello que le ayude a reducir su alta vulnerabilidad ante los incrementos del los precios del petróleo y, además, tratar de que en esta reducción de independencia el medioambiente no se vea altamente perjudicado. El país tiene que prepararse para escenarios de altos precios del petróleo; escenarios en los cuales los precios que habían al principio de la década del 2000 no volverán a observarse, a menos que ocurra una depresión económica mundial.
En cuanto a la sustitución de la gasolina y el diesel por etanol y biodiesel es poco lo que se puede hacer. Técnicamente, un biocombustible sólo puede ser mezclado con un derivado del petróleo (gasolina o diesel) en unas proporciones que oscilan entre 10% y 20% (o sea, la cantidad que la gasolina o el diesel puede contener de etanol o de biodiesel respectivamente). Si se quieren incrementar dichas proporciones, entonces el motor del vehículo tendría que sufrir alguna modificación o adaptación.
Hay más posibilidades de reducción de la vulnerabilidad en la generación de energía eléctrica. Existen muchas posibilidades de sustitución de la energía generada a partir de algún derivado del petróleo por energía hídrica, eólica, solar y de la biomasa. La energía hídrica es la que tiene más potencial de sustitución, no obstante, ésta tiene unos costos sobre el medio ambiente que no permiten utilizar todo el potencial en un momento determinado. Actualmente, hay en la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) 22 proyectos previstos para construirse en los próximos 4 años, distribuidos del modo siguiente: US$1,732 millones en hídricos, US$ 1,000 millones en eólicos y 1,200 millones en térmicos. Estos proyectos le añadirán al sistema actual una capacidad de 1,061 MW.
La construcción de la refinería de Puerto Armuelles, podría ayudar a abaratar los costos de la gasolina y el diesel. En años anteriores se anunció que la construcción de ésta costaría 8 mil millones de dólares y tendría una capacidad de refinación diaria de 350 mil barriles. La obra sería hecha por la transnacional estadounidense OXY y Qatar Petroleum. No obstante, luego del descalabro de los precios del petróleo en 2008 el proyecto fue pospuesto.
El desarrollo manufacturero de Panamá es relativamente bajo, de modo que seguiremos siendo vulnerables a la inflación importada.
Buenos días:
ReplyDeleteRemito copia del correo que les había enviado, dado que no me percaté que se podía comentar abajo del artículo:
Los felicito por el contenido del artículo que a continuación cito “¿Subió o bajó la inflación? ¿A quién debemos creerle? ¿Qué nos depara el futuro?”
Dicho artículo explica de manera correcta los tres indicadores, como lo es el Índice de Precios al Consumidor, el cual calcula en Instituto Nacional de Estadística y Censo; el costo de la Canasta Básica Familiar de Alimentos (CBFA), elaborada por el Ministerio de Economía y Finanzas y el monitoreo de precios de los bienes que conforman CBFA, que realiza la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia. Como no se indica quién redacto el mencionado artículo, espero que le haga llegar mi comentario. La Revista la he dado a conocer por lo interesante del contenido de todos los temas.
Les solicito incluyan en la lista de usuarios de la revista, la siguiente dirección: g.deescala@gmail.com.
Sugiero que las instrucciones para el envío del comentario deben también estar en español.
Guadalupe de Escala